Todos queremos vivir en un entorno más limpio, sano y sostenible. Y aunque a veces parezca un reto gigante, la verdad es que el cambio comienza en casa. Súmate por una Guatemala más limpia para clasificar nuestros residuos, reducir lo que desechamos, reutilizar lo que aún sirve y reciclar lo reciclable puede marcar una gran diferencia.
En EPA, se une al movimiento por una Guatemala más verde e invita a todos a ser parte de esta transformación. ¿Cómo? Con pequeños hábitos diarios que suman mucho más de lo que imaginas.

Súmate por una Guatemala más limpia
Antes de tirar algo, pregúntate: ¿realmente es basura? Muchos materiales pueden tener un nuevo uso, y otros pueden ser útiles para alguien más. Donar o reutilizar ayuda a reducir los residuos desde el inicio.
Una vez hecho esto, el siguiente paso es clave: clasificar correctamente. Aquí te dejamos una guía simple para hacerlo bien:
Residuos orgánicos: los que la naturaleza puede descomponer
Perfectos para compostar o tratar de forma natural.
- Restos de comida
- Cáscaras de frutas y vegetales
- Hojas secas, ramas, flores
- Semillas y otros desechos biodegradables
Residuos inorgánicos: los que no se reciclan
Aunque no se puedan aprovechar, deben desecharse de forma responsable.
- Plásticos de un solo uso, envolturas de dulces
- Pañales, mascarillas, productos sanitarios
- Servilletas sucias, papel con grasa
- Tubos de pasta, cepillos de dientes
- Bombillas, pinturas, envases de aerosol
Reciclables: los que pueden tener una nueva vida
Límpialos antes de desecharlos para facilitar el reciclaje.
- Botellas PET y frascos de vidrio
- Latas de aluminio y hojalata
- Periódicos, cartón, hojas de papel
- Tapas y envases plásticos
- Empaques de leche y jugos (Tetrapak)