En el corazón de Colombia se cultiva el café más suave del mundo. Es una región de profundos valles, suaves colinas, imponentes montañas y elevados nevados, que disfruta de todos los climas y está arropada por una colcha de infinitos verdes.
Es tan exageradamente hermoso este terruño que la Unesco no vaciló un instante para declararlo Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2011. Esta medida asegura para las futuras generaciones un paisaje conservado que acoge pueblos de ensueño detenidos en el tiempo, parques naturales, fincas campesinas y autóctonas tradiciones que tanto necesitamos los mortales urbanos.
Gracias a la declaratoria de este organismo internacional, en este paisaje no se permiten construir industrias contaminantes ni grandes proyectos urbanos. Por el contrario, se conservan las parcelas de antaño que han sido transformadas en preciosos hoteles familiares, donde los huéspedes son consentidos al extremo por la calidez propia de las gentes de aquí, al tiempo que tienen contacto directo con las labores del procesamiento de la bebida más popular del mundo.
Y dentro de tanta belleza natural e idílica, también se encuentran modernísimos parques temáticos en medio de cultivos autóctonos, como una alternativa para disparar la adrenalina. ¡Ni qué decir del balsaje! Un paseo sobre balsas artesanales río abajo, con chapuzón y almuerzo típico incluido. Tanto para contar en tan poco espacio, que es mejor aventurarse en Colombia, la nueva tierra de paz, en donde el único riesgo que corre usted, es que se quiera quedar allí para siempre.
Lo obligado
- Parque Nacional del Café
- Parque de la Cultura Agropecuaria
- Recorrido de la Cultura Cafetera
- Parque Temático los Arrieros
- Balsaje por el río La Vieja
- Visita al pueblo de Salento y al Valle de Cocoroa
- Hospedaje en fincas cafeteras
- Baños termales
Cómo llegar
Por tierra
Desde Bogotá, siete horas en cómodos autobuses. (US$35 ida y regreso)
Por aire
Desde Bogotá, 30 minutos vía Avianca a Armenia (US$105 aprox. round trip) a Pereira (US$85 aprox. round trip)